jueves, 9 de abril de 2015

Acuarelas con Kremer Pigmente


   En el pasado mes de febrero, quebrantando una vez más un firme propósito, perpetré otra de esas compras exploratorias que siempre doy por acabadas. Me alegro de ser tan tolerante conmigo mismo, porque comprar estos pigmentos de Kremer ha sido un acierto. Igual que me ocurre con Daniel Smith, algunos colores de Rembrant o Windsor & Newton, Sennelier, Schmincke, y algunas otras marcas en espera, creo que probando cosas se lleva uno agradibilísimas sorpresas. Luego va uno dándose cuenta que ciertos colores han llegado para quedarse. No hablo todavía de mi paleta, pues entiendo que deberían ser de 15  20 colores, siendo generoso, y ahora no sería capaz de descartar más del doble de ese número. Lo cierto es que, al menos, en una misma acuarela procuro utilizar pocos, algunas veces no más de 4 ó 5.
   El caso es que pedí a la casa en Alemania los colores que se muestran en la fotografía anterior, junto a una caja metálica vacía y a cubiletes de plástico para rellenar con acuarela de tubo. Kremer sólo vende los pigmentos en polvo, en tinta, acuarelas en pastilla, pero no en tubos. Tiene un catálogo inmenso, con todo lo relacionado con pigmentos, medios, materiales para elaborarse uno sus pinturas, pinceles y cientos de otras cosas. Es uno de los mejores fabricantes de pigmentos del mundo, suministrador de museos y restauradores porque proporciona pigmentos históricos, incluso aquellos necesarios para determinados cuadros antiguos y que hoy en día está prohibida su comercialización. Por supuesto, esta venta se hace con restricciones, justificaciones fundadas y permisos necesarios. Algunos alcanzan precios muy altos, como la sepia natural, aunque como indica el valor por kilo o 100 gramos de pigmento puro, es engañoso. Otros, como las tierras están entre los más baratos del mercado aunque es difícil hacer comparaciones entre el verdadero contenido de un godet y el de un tubo de 20 ml. de Rembrandt o de 15 de Daniel Smith. Las tierras andan por los 4 euros, el lapislázuli sobre 10. El tubo de Daniel Smith costando el doble creo que lleva más pigmento. Y más goma arábiga también. Por tanto no será el precio lo que nos decida.
   Por fin tengo un rojo rojo, ababol, el Irgazine. También unos azules como el cerúleo, el índigo o ese cobalto claro maravilloso. Por no hablar del lapislázuli, similar al de Daniel Smith. También el Pardo Van Dick, de tierra de Cassell, no esa mezcla infame de negro con sienas o sombras que venden otros. el cerúleo es puro, sin mezcla de blancos. Igual su índigo puro, sin mezcla de negro. Todas estas cosas se notan en la transparencia y calidad de los colores resultantes en la acuarela. Los verdes, tierras, también son austeros y poco pintureros, complemento de los maravillosos verdes de Daniel Smith, para mi insustituibles. Las tierras de Kremer, de las que hay docenas, son buenísimas.

   La acuarela inicial, vista de Alicante desde el castillo de Santa Bárbara, se hizo únicamente con algunos de estos pigmentos de Kremer, igual que alguna de las que se muestran en esta entrada. El rojo de los cóleos de la acuarela anterior, mi rincón de trabajo, es Irgazine de Kremer. En las que aparecen verdes intensos son de Daniel Smith. Los amarillos son cadmios de Rembrandt. Cuando hay verde esmeralda es de Sennelier. Como vemos, algo me voy aclarando. Uno de los primeros aclaramientos fue no prescindir nunca de la siena tostada y el ultramar oscuro de Talens, pero de la serie Van Gogh. Me encantan. Juntos o separados.
   Entre Kremer y Daniel Smith hay mucho para elegir para obtener esos tonos quebrados de la acuarela anterior, con matices muy cercanos a cómo era la realidad, si eso es lo que se busca. Como normalmente ando entre paisajes, en cuanto puedo en la realidad, cuando no en las acuarelas, con masas boscosas, árboles, prados, vegetación, suelo contender mucho con los verdes, con los problemas que eso conlleva. Estos pigmentos, su gama y calidad, ayudan a no ser excesivamente pinturero. Cierto es que debo tener la inmodestia de reconocer que algo hemos aprendido y que tratar tanto con los verdes nos han ido enseñando a prescindir mucho de ellos, de no presentarlos crudos, tal cual salen del tubo, a utilizar mezclas que los agrisan o acercan al ocre. Incluso recurrir al viridiana o esmeralda, verdadero peligro cromático.
   El lapislázuli, con su matiz azul agrisado, austero, solo o mezclado ayuda mucho para hacer las ramas de los olivos y otros verdes. Mezclado con tierras y sienas da tonos armoniosos y efectos granulados muy aprovechables para estos temas.

   Cielo con estos nuevos azules, cerúleo, cobalto claro e índigo. Los de Sennelier y Daniel Smith son muy buenos también, hablando de los que conozco mejor. No dudo de la bondad de otras marcas.

   En la siguiente, un paisaje de un paraje cercano a Alcoy, se ha disfrutado con las sombras finales de ese índigo puro, indio de Kremer, sin mezcla de negros. Verdaderamente transparente, solo o mezclado con alizarina. Maravilloso.
   En el siguiente se aprovecha la cualidad del negro de magnetita de Kremer de granular de una forma espectacular. Es el mismo pigmento que el Lunar black de Daniel Smith. Añadidos a cualquier otro pigmento, siempre con mucha agua, añaden un grano muy atractivo, al menos en mi humilde opinión. Con ese negro, a pesar de no haber utilizado nunca anteriormente el negro en mezclas, se puede conseguir hacer granular a cualquier otro pigmento. Tiende a agrupar las gruesas partículas en bordes y relieves del papel, cosa que se puede más o menos controlar siempre que estén nadando en agua. Incluso podrían ser manipuladas y pastoreadas con un imán por el otro lado del papel, pues se trata de magnetita.
      En esta ampliación podemos ver mejor el efecto de granulado de este negro, 
que nunca faltará en mi paleta.
   Otro ejemplo:
   Termino con tres acuarelillas, la primera sólo con Kremer, las otras dos también con Rembrant y Daniel Smith.













4 comentarios:

  1. Hace tres dias que intento comentar, pero estos aparatos,
    que tan bien dominan los niños, a mí , como viejo, me dominan ellos.
    Mi tablet hace lo que le dá la gana, tanto como me gusta hacerlo yo.... !!!!
    Chico, leerte, és volver al cole, en asuntos técnico artísticos. Para mí,
    simplemente empezar.
    Lo que cuentas, y como lo cuentas, es interesantísimo, y a mi se me hace corto,
    y tus muestras acuarelísticas, un placer examinarlas.
    Me ha gustada, entre todas, tu rincón de trabajo, como obra y como modelo,
    tan bien ordenado, tan cálido y acogedor... CHERCHEZ LA FEMME.....
    Un saludo para los habitantes de tan bella mansión.

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    1. Gracias Fernando por tu amable comentario.
      He estado una semana larga de viaje y no he tenido ocasión de comentar ni publicar nada, sólo hacer fotos y dibujos, que ya pondré aquí. Ni me cuentes los problemas de tabletas, móviles y wifis cu8ando la cosa se pone chunga.
      Me alegra que te resulten interesasntes, incluso instructivas, las entradas de mi blog, aunque poco podrás tú aprender de mi.
      El rincón ese es el más iluminado y alegre de la casa y allí me paso muchos ratos.
      Te devuelvo el saludo, extendido también a tu familia.
      Un abrazo.

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  2. Estimado José:
    Muchas gracias nuevamente por todo tu detalle, tanto con la explicación como en las acuarelas. Me encantan los árboles y los olivos; me gusta tu mesa de trabajo (aunque haya desaparecido el ordenador que antes había allí), me encanta el castillo y me estimula tu capacidad para seguir probando materiales y para darnos ejemplos tan claros y efectivos.
    De la entrada anterior, decirte que he pasado muchos años vacacionando en las tierras de Mazarrón (muy cercana a Águilas) y que solo me he dado cuenta de su belleza al mirar tus dibujos, porque la verdad es que allí lo que se me hacía evidente era el calor y el agobio. La próxima vez que baje a Mazarrón intentaré mirar los alrededores con otros ojos y bajo otros prismas, esperando que se parezcan más a los tuyos.
    Gracias de nuevo por todo.
    Abrazos

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    1. Veo sorprendido que recuerdas que allí habia un ordenador antes. Ahora se ha desplazado a la derecha de esa mesa, más larga de lo que sale en la acuarela. Así dejo la luz para leer y dibujar.
      Esa zona de Almería y Mazarrón tiene un encanto especial, diferente al de otras zonas más turísticas, pobladas y edificadas. A mi me gusta ver esas rocas requemadas, retorcidas, esos colores y texturas. También sus pescaditos y sus tomates, esto último más que verlos.
      Gracias por tu atención a mi blog.
      Un abrazo

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