miércoles, 26 de septiembre de 2012

Glosas a "PIANO MAN" de Billy Joel



Están todos. En esta canción y en las imágenes que ponen cara a las palabras de Billy Joel están todos. Si no sus rostros, si los personajes. La humanidad parece incontable pero, a pesar de su exuberante diversidad, millones de actores comparten y repiten un mismo papel en el escenario esférico que habitamos.  Todos los tipos del café-piano del vídeo han aparecido en el reparto de las escenas que hemos visto o representado quienes durante muchos años nos hemos dedicado a la farándula. Nunca la hemos dejado del todo, pues la música y la escena son sacramentos laicos que imprimen carácter. El guión de esta obra nos ha llevado muchas veces a formar parte del elenco de la función, en ocasiones cómica, otras trágica, cuando nos lanzábamos por esas carreteras de Dios a llevar música a fiestas mayores y menores, clubs, auditorios, hoteles, teatros, pubs y garitos varios sobre escenarios, unas veces amplios y enmoquetados, otras encima del remolque de un tractor en la plaza del pueblo, dando la espalda a la iglesia o al frontón. Hasta encaramados encima de un tonel de vino hemos llegado a tocar, uno para cada músico. Esto debo de haberlo soñado porque no recuerdo dónde ni cómo se estableció el batería. 

Hay una multitud para ser sábado,
y el jefe me dedica una sonrisa
porque sabe que es a mí a quien han venido a ver,
a olvidar sus vidas por un rato

La música popular siempre ha estado unida a la hostelería, en el baile, el club, el hotel o la celebración de una boda. Hay quienes no conciben el jazz sin humo en el ambiente. Quitarle la barra a la escena prácticamente la convierte en otra cosa. Ciertas músicas necesitan de la cercanía, la participación, la complicidad, casi del contacto físico entre el intérprete y el respetable. Escuchando a unos músicos elevados en un  lejano escenario, mirando desde una cómoda butaca en un teatro, se asiste a un espectáculo distinto al que se desarrolla en un club. La música también se resiente, pues en un club se producen interacciones imposibles en otros formatos más amplios y aislantes. Además, en un auditorio sucede como en la playa pues, para el músico, los caracteres individuales del público se desdibujan y diluyen en el grupo indiferenciado. Todos parecen iguales. O peores.
Comparemos un teatro con lo que vemos en el vídeo de Billy Joel. Esa es la vidilla que suele envolver a la música, y viceversa, en los pequeños espacios. Es normal y deseable en algunos eventos que los principales protagonistas se encuentren entre el público. Los músicos ponen fondo a la acción principal, que en un baile, por ejemplo, se representa en la pista, no en el escenario. También ocurre así en un pub, café-concierto, hotel o cualquier otro lugar en el que un piano o un pequeño grupo de músicos ameniza, pone fondo, suaviza y dulcifica el silencio, pero no reemplaza a las conversaciones de los clientes. Primer mandamiento de la ley del músico: no molestar. Sin buscar protagonismos que entorpezcan el desarrollo del guión. Apareces cuando es necesario, mientras tanto, ejerces de banda sonora.

—“¡Tócanos una canción, pianista!
Estamos de humor para la música
Has conseguido que nos sintamos bien.

Entran en escena los verdaderos protagonistas que vemos tipificados en el vídeo: eufóricos e hiperactivos hombres y  mujeres echando las cangrejeras; el personaje no habitual en el antro, que exprime con una felicidad triste y pasado de vueltas el momento que le ha llevado allí, donde posiblemente no regrese, como el marinero. El galán elegante y algo ajado, que en tal compañía y ambiente se siente rejuvenecido por unos momentos. El señor bien vestido que fuma , ausente, mientras acaricia y mira su copa, pensando como dijo San Forges “—Tú también estás solo, café mío”. Billy Joel lo retrata como “haciéndole al amor a su gintonic”, que tampoco está mal. Otras y otros con sus mejores galas, intentando gustar.  Buscando compañía, conversación, olvido, motivos para reír…

La camarera "hace política",
mientras los hombres de negocios poco a poco se van emborrachando
compartiendo un combinado al que ellos llaman soledad
pero es mejor que beber a solas.

Y en el centro de la situación, envuelto en el humo de la sala, oteando desde su atalaya, el pianista. Sabe que aquí sus canciones no deben sorprender ni descubrir, sino evocar recuerdos. Como los niños, los clientes en esos momentos prefieren escuchar por enésima vez un cuento conocido antes de irse a dormir.

Son, can you play me a memory?
Hijo, ¿puedes tocar para mí un recuerdo?
No sé muy bien cómo era, pero era triste… y dulce...
La sabía entera cuando vestía mis ropas de muchacho…

Cigarrillo en los labios y copa encima  del piano, un tanto ajeno a ratos de todo lo que le rodea. Después de años de oficio, hasta encuentra ocasión para pensar en sus cosas si no detecta signos de comunión con su auditorio. Cuando percibe atención o aprecio, su canción  y su voz toman fuerzas. Su arte se alimenta de los aplausos y de los gestos de estima y complicidad. Es reloj que toma cuerda cuando algunos entre el público mueven el pie al ritmo que marcan sus manos en el piano y  los labios susurran las palabras de su canción. Por espontáneos e irreprimibles, son gestos más sinceros que los aplausos. Mira sin ver y ve sin mirar. Casi siempre oye más de lo que quisiera, como el barman, otra figura esencial del reparto, que en este club de Billy Joel parece el más feliz de todos. A veces con la alegría de los payasos, pues su trabajo es hacer felices a los demás, conseguir que se sientan a gusto, aunque los camareros, como los payasos, a veces tienen ardor de estómago, a menudo dolor de espalda y siempre los pies doloridos y cansados. Aunque, ahora está en escena, tanto como el músico. Ninguno de los dos está allí para contar, ni siquiera para dejar traslucir sus problemas.

John, en la barra es un amigo.
que me pone las copas gratis.
Siempre presto a contar un chiste, rápido en darte fuego…
pero preferiría estar en otro lugar.
Dice: —"Bill, esto me está matando".
Y se le borra la risa de la cara.
— "Estoy seguro de que podría ser una estrella del cine
si pudiera abandonar este sitio".

Él sí que lo oye todo. Más se escucha detrás de una barra que en un confesionario, y de forma más relajada y sincera.
Es normal que cada cual, según su oficio, ponga palabras de su mundo en el segundo plato de la balanza de sus metáforas. Los músicos siempre recordamos una frase de una balada, un blues, un tango o un bolero, según el caso,  que nos explica la vida, los pensamientos, las situaciones o los sueños mejor que un libro de Freud.
Viendo hoy en el vídeo a un Billy Joel tan jovencito recuerda uno el tango de Discépolo en el que pone verbo a algo que todos hemos intuido, como sin querer dejar que la idea tome forma dentro de nosotros. Nos faltaba destilar esos pensamientos en unas pocas palabras como sólo poetas geniales como él son capaces de hacer y que para eso están: “Fiera venganza la del tiempo, que te hace ver deshecho cuanto uno amó”.
Iba a escribir que entristece, pero, para glosar la frase de un tango, mejor decir que jode ver a un Billy Joel tan joven, pues quisiéramos que hoy siguiera así, asumiendo que a nosotros el tiempo no ha debido de tratarnos mejor. Sólo que cambiamos día a día, poco a poco, de forma imperceptible y siempre a peor. Aunque nos parezca que seguimos afeitando la misma cara de siempre, están las fotos que, como cuando vemos a Billy Joel, nos recuerdan cómo fuimos. Por eso las fotografías antiguas, esas “instantáneas” que paralizaron una centésima de segundo de nuestros dieciocho años, son algo que no siempre produce entusiasmo ver. Siendo positivos, al traer al presente los lugares, las compañías y las situaciones sufridas o disfrutadas, nos alegra ver que hemos vivido y compartido mucho, que tenemos muchas cosas que recordar. La mayoría de ellas buenas, aunque ya no estén vivos algunos para comentar juntos lo guapos que salimos en aquella foto.
A la percepción normal de que de todo hace ya mucho tiempo, se une el hecho de que quienes con días de sólo 24 horas, hemos compartido inexplicablemente el exigente oficio de músico con los estudios o con otro trabajo, recordamos no una vida, sino dos mundos paralelos, contemporáneos, cada uno con su gente y su paisaje, con sus ritos y sus reglas, no pocas veces difíciles de conciliar. Dos vidas paralelas que, en ocasiones, nos cuesta casar en el tiempo y en la memoria. Esa sana esquizofrenia termina por llevarte a un leve cinismo, a un cierto descreimiento, alejado de dogmas y certezas inamovibles. Algo muy parecido a la tolerancia.  



It's nine o'clock on a Saturday
The regular crowd shuffles in
There's an old man sitting next to me
Makin' love to his tonic and gin

He says, "Son, can you play me a memory
I'm not really sure how it goes
But it's sad and it's sweet and I knew it complete
When I wore a younger man's clothes."

La la la, di da da
La la, di da da da dum

Sing us a song, you're the piano man
Sing us a song tonight
Well, we're all in the mood for a melody
And you've got us feelin' alright

Now John at the bar is a friend of mine
He gets me my drinks for free
And he's quick with a joke or to light up your smoke
But there's someplace that he'd rather be
He says, "Bill, I believe this is killing me."
As the smile ran away from his face
"Well I'm sure that I could be a movie star
If I could get out of this place"

Oh, la la la, di da da
La la, di da da da dum

And the waitress is practicing politics
As the businessmen slowly get stoned
Yes, they're sharing a drink they call loneliness
But it's better than drinkin' alone

Sing us a song you're the piano man
Sing us a song tonight
Well we're all in the mood for a melody
And you got us feeling alright

Now Paul is a real estate novelist
Who never had time for a wife
And he's talkin' with Davy, who's still in the Navy
And probably will be for life

It's a pretty good crowd for a Saturday
And the manager gives me a smile
'Cause he knows that it's me they've been comin' to see
To forget about life for a while
And the piano, it sounds like a carnival
And the microphone smells like a beer
And they sit at the bar and put bread in my jar
And say, "Man, what are you doin' here?"

Oh, la la la, di da da
La la, di da da da dum

Sing us a song you're the piano man
Sing us a song tonight
Well we're all in the mood for a melody
And you got us feeling alright

sábado, 15 de septiembre de 2012

CALIGRAFÍA - PENMANSHIP - Plumillas, calígrafos, métodos y escuelas de escritura.

   Quienes hemos tenido acceso a uno de esos vetustos libros de actas o de listas de miembros de alguna institución, con un siglo de uso y en los que apenas una hoja se completa al año, hemos constatado con desalentadora evidencia el paso a paso de la degeneración de la escritura manuscrita. Aunque siempre resulta excesivo generalizar, ya que existen tan escasas como honrosas excepciones, lo cierto es que mientras en otros campos se ha avanzado mucho, ocurre lo contrario en el uso y aprecio por tener una letra no sólo legible, sino hermosa.
   El uso del teléfono y, más tarde, de los correos electrónicos ha convertido al hecho de recibir una carta manuscrita en algo tan insólito e improbable como que el gobierno de un país procure antes el bien de los ciudadanos que le eligieron y a los que debía defender, que el de los poderes y corporaciones que se enriquecen a costa de los indefensos contribuyentes. Algo les deben deber.
  Corrientes que razonablemente se oponían a la forzosa uniformidad que imponía un modelo de letra en las escuelas, nos llevaron a dar por buena cualquier cosa, en aras de la espontaneidad y expresión de la propia personalidad. In medio, virtus, que decía Aristóteles. La legibilidad debió marcar la frontera que no se debería haber consentido traspasar.
   Aunque previamente utilizada en Europa, la letra copperplate, English round hand, o letra  inglesa  para nosotros, es la elegante escritura, antaño omnipresente en las tarjetas de visita, y predominante en Europa en el siglo XIX. Toma su nombre y el caracter de los trazos de los rótulos y textos grabados en cobre, muchos para ser impresos como modelo a copiar para aprender este tipo de caligrafía. En Estados Unidos se popularizó al ser el tipo de letra con que se imprimió el cuerpo del texto de la Declaración de Independencia:
   Para este tipo de letra, como ya hemos hablado anteriormente en otras entradas del blog, hace falta una plumilla fina y flexible, que permita producir esa diferencia de grosores entre distintas direcciones de trazo. Una Gillott Principality, o una 303, una Spencerian, algunas Esterbrook, Zanerian, y otras muchas menos conocidas y buscadas. Se lamenta Joseph M. Vitolo, uno de los especialistas contemporáneos en el tema, de que una caja de 144 Gillott Principality se ha vendido en ebay por 2000 $, cuando salió de fábrica hace un siglo por 1.75 $.

   Mientras en Europa se seguía con esa florida letra inglesa, al menos como modelo ideal, pues pocas personas serían capaces de utilizarla con perfección, en Estados Unidos surgieron calígrafos que intentaron divulgar y generalizar el uso de su propio diseño caligráfico, más sencillo y asequible, alcanzando algunos de ellos bastante éxito. Para ello escribieron manuales, modelos para copiar, fundaron exitosas academias y encargaron plumillas adecuadas para aplicar su método. 
   Las dos plumillas mostradas anteriormente, la Spencerian Artistic Pen y la Spencerian Ivison & Phinney son algunas de las maravillosas y hoy escasas plumillas de fabricantes diversos que se comercializaron con el nombre de Spencerian, a partir de Plat Rogers Spencer, creador de esta hermosa caligrafía. Es la que se usa en los logos corporativos de Ford y Coca-Cola. El logo de Coca-cola, al no contener más que caracteres de la caligrafía de Spencer no tiene copyright, estando protegida sólo como Trademark.
     Creador de una escuela, la Spencerian Business College en Cleveland, Ohio, tuvo una gran influencia en la escritura comercial, aunque no llegó a las escuelas como letra "oficial" hasta después de su muerte en 1864. Sus hijos continuaron su obra publicando "Spencerian Key to Practical Penmanship", en 1866, que en el enlace podemos descargar desde la Cornell University Library. Hasta la aparición de la máquina de escribir fue, con las lógicas variantes personales, la escritura típica norteamericana.
   Vemos un ejemplo de la escritura manuscrita de Spencer:
   Injusto sería perpetuar el olvido de Victor M. Rice, coautor de la primera publicación de Spencer en 1848, titulada "Spencer and Rice's System of Business and Ladies' Penmanship", base de las siguientes publicaciones de los hijos de Spencer.
   Rice también tenía sus propias plumillas, como las que se muestran a continuación:
  Tuvo Spencer, padre de la caligrafía americana, muchos discípulos e infinidad de seguidores que crearon colegios y academias de escritura comercial en más de cincuenta ciudades. Entre ellos estaba George A. Gaskell, cuyo discípulo A.N. Palmer publicó su método y los "copybooks" de caligrafía dominantes en los Estados Unidos a principios del siglo XX. Su obra principal es "Palmer's Guide to Business Writing"  de 1894. Este método se tradujo y vendió en España desde 1945. Estas son algunas de las plumillas fabricadas para su práctica y estudio, seguidas de un ejemplo de la letra de Palmer.
Antiguo pin del "Palmer Method" que compré en ebay

   Charles Paxton Zaner fue otro de los maestros calígrafos norteamericanos que más huella ha dejado en la actualidad. Con él la caligrafía ornamental alcanza su cénit, teniendo entusiastas continuadores de su obra, que siguen practicando y difundiendo desde la página http://www.zanerian.com/, dirigida por el excepcional calígrafo Dr. Joseph M. Vitolo. Podemos encontrar allí tutoriales, demos, vídeos y ejemplos de caligrafía ornamental, coperplate, flourishing y engraving.
   En 1888 fundó la "Zanerian Art College", a la que se asoció en 1891 Elmer W. Bloser, para constituir la Zaner-Bloser Company, que ha pervivido hasta la actualidad, ofreciendo recursos para la enseñanza de la lectura y escritura. En este enlace podemos informarnos sobre la historia de la compañía, desde Zaner, hasta los productos que actualmente comercializa. En el siguiente vídeo, el  calígrafo de tal empresa, Michael Sull, nos explica brevemente su historia, desde su fundación por Zaner, mientras escribe un certificado con caligrafía zanerian ornamental.
 
   Se muestran plumillas de esta escuela, así como fotos del edificio, modelo de letra y certificado escritos por Zaner.



    Otras instituciones del mismo tipo, frecuentes como hemos dicho, prosperaron en diversas ciudades norteamericanas. Esta plumilla fue fabricada para el Burdett College, de Boston. Previamente se llamó "Burdett School of Business". Según la información disponible, cerró sus puertas en 1999. Vemos una pluma de esta escuela:
   En Fargo, Dakota del Norte, se inauguró en 1916, el "Interestate Business College", que tenía a F.A. Krupp como maestro calígrafo (penmanship master). Disponemos de fotografías del edificio, del alumnado y del aula donde se impartían las clases. También tengo en mi colección una plumilla de las usadas en esta institución:
  También en Europa existieron métodos parecidos y escuelas de negocios donde la caligrafía tenía un papel prestigioso y solicitado. Sólo dispongo de dos modelos de plumillas fabricadas para un nuevo método de escritura francesa, el publicado en París, por la editorial fundada en 1777 por François Belin, todavía existente. Sabiendo que Eugène Belín en 1845 instituyó la Librairie Classique Eugène Belin, dirigiendo entonces la editorial, y que falleció en 1868, podemos fechar estas plumillas.

¿Adiós a la escritura?

Dos de los muchos vídeos de Joe Vitolo

Podemos disfrutar de la maestría del maestro calígrafo John DeCollibus, en este vídeo:
También de este otro calígrafo persa:
Un vídeo de la caligrafía de Hamid
 
   En SPANIBS, Mi tienda en ebay, se pueden ver (o comprar) estas y otras plumillas y palilleros.  Como se estudia en el artículo, algunas de ellas se fabricaron desde 1850, las más recientes en los principios del siglo XX. Tienen una antigüedad, pues, de entre 100 y 150 años.
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Algunas de las fuentes utilizadas:

domingo, 2 de septiembre de 2012

MASATO WATANABE - Acuarelista japonés - Watercolor - Maestro de la perspectiva


   Masato Watanabe, artista japonés que vive en Ashiya, en la bahía de Osaka, tiene una larga experiencia desde 1985 como dibujante, ilustrador, maestro en perspectiva y sólo desde 2009, se dedica a la acuarela. Es miembro de la Japan Waterccolor Society.
    Experto en diseño e ilustración y, como decimos, con una extraordinaria formación en cuanto a dibujo y perspectiva, aunque previamente hubiera coloreado sus minuciosos y precisos dibujos con aerógrafo o acuarela, es sólo muy tardíamente cuando se decanta hacia ese medio, atraído por su transparencia, con los asombrosos resultados que podemos admirar en esta pequeña muestra de entre su abundante obra.
   Como ya se ha referido anteriormente en mi blog, antes de mostrar estas obras, se ha pedido autorización al pintor para hacerlo. Le agradecemos por tanto su amabilidad al permitirnos incluir sus dibujos y pinturas aquí.
 

   La variada temática de sus obras incluye escenas portuarias, urbanas, paisajes, naturaleza y una atención especial a los medios de transporte. Así los barcos, trenes, aviones, motos, coches y bicicletas tienen un lugar destacado entre los temas que pinta. Aunque nos centramos en este artículo en el magistral dominio de la perspectiva que nos ofrece, no debemos dejar de resaltar la belleza de sus obras, su dominio del color, con tonos quebrados el la mayor parte de la superficie, iluminados por el blanco del papel o notas de color vivo en zonas relevantes de la composición, los diferentes registros con que se resuelven sus obras, y un dominio del medio inconcebible para quien dice llevar tres años utilizándolo, al menos de forma profesional.
   Buscaba desde hace tiempo algún acuarelista o dibujante que pudiera ponerse como ejemplo de la aplicación práctica de la perspectiva, tema del que muchos tratados podemos encontrar, igual que podríamos reunir ejemplos útiles de diversos artistas, pero no es lo mismo. Masato nos da un curso de perspectiva a través de sus dibujos y acuarelas, aplicada a calles, trenes, barcos, edificios y cualquier elemento o situación imaginable. Es por eso doblemente valiosa la muestra de sus obras en esta entrada del blog.
   Incluso en coches, trenes y barcos no huye de usar perspectivas atrevidas, escorzos de gran dificultad técnica que resuelve con su maestría habitual que le hace especialmente didáctico.
 
 
     Pocas veces elige una visión totalmente frontal en sus encuadres, siempre encuentra ocasión para mostrar su dominio de la perspectiva y el escorzo y de esta forma, diagonales, curvas y diferentes puntos de fuga dan movimiento y ritmo a sus obras.


   Como hemos dicho previamente, mucho antes que acuarelista fue dibujante, dedicado a la ilustración y al diseño, actividades que mantiene. Admirando estos magníficos y delicados dibujos, se explica la consistencia de sus composiciones, la precisión de la perspectiva que les da una estructura sólida y real.

    Se recrea en las perspectivas más complejas, con calles curvas con varios puntos de fuga, adoptando difíciles puntos de vista en algunas obras de barcos y edificios, mostrando su total dominio de la técnica. Es por ello muy ilustrativo examinar estos dibujos y las obras que dedica expresamente a enseñar perspectiva, a veces coloreadas con aerógrafo y que se muestran al final.



    Podemos acceder a la página de Masato dedicada a sus obras de acuarela, lápiz o perspectiva, donde por apartados podemos contemplar el resto de la extensa obra de este artista.